Y fue así...

Comienzo el recuento.
Estas letras no son de un día antes de dar el gran paso a un nuevo año, más bien es una nota escrita desde hace un par de días atrás.
Días de sol, playa, visitas y risas; así empezó Enero. Felicidad disfrazada hasta un momento. Sentía que me hundía pero falsamente algo me mantenía viva. Quería independencia monetaria y me convertí en una asalariada con una leve remuneración mensual.
Febrero... Último mes, siento que no lo aproveche al máximo, pero ya es tarde para lamentar, a veces sentía un ahogo, nostalgia. Todo esto lo deje caer en Marzo.
Me entregue a manos, que prefiero no entrar a detallar. Viviana no la pasaste mal, no puedes juzgar a alguien siendo que tú misma diste inicio algo que tarde o temprano se volvió el “gran” infierno. Viviste, soñaste y amaste. Fuiste libre, saltaste etapas sin haber quemado otras.
Hasta ese entonces se aproximaba lo peor...
Abril, comenzamos las evaluaciones de Universidad, invierno y ruptura amorosa que iba acompañada de una larga agonía.
Mayo y Junio; meses complejos, Universidad en paro por una educación supuestamente más digna, siendo reclamada por personas las cuales ni siquiera asisten como oyentes.
En fin, iba comenzando lo peor que sería entonces; la pena que poco a poco iba aumentando junto con una culpa la cual era compartida.
Días de invierno que se volvieron horribles, mal en el amor, familia y peligraba en una asignatura de mis estudios. Como una bala que atravesaba en mí una amargura que no asimilaba, tal poder destructivo, tenía ideas dicotómicas, confusas que ni yo me las entendía.
Iba cayendo y destruyéndome a mí misma.
Cuadro depresivo en Julio y Agosto, traté de huir, problemas familiares y del corazón ya me habían hecho otra persona. Pesqué mis cosas y tomé rumbo a Santiago, no puedo dejar de agradecerles a mis amigas por estar siempre ahí conmigo. Viviana quien sonreía no podía ocultar el gran dolor, magnitud de red que apresaba y bloqueaba las ganas de reír, caminar y ser quien siempre fue.
Septiembre, mes clave, se desencadenó la tormenta, y hay que pararse, continuar y perseverar. Cambio rotundo, número de celular, correo electrónico entre otros, número de casa, más ejercicio, más universidad organizando el primer Congreso Latinoamericano de Educación, donde conocí muchos expositores y colegas, sin dejar de lado las amistades más cercanas. Familia disfuncional pero se repartía para ambos, claro que siempre en el medio. La bruma oscura que me ocultaba poco a poco iba egresando del mapa, pero dejando huellas.
Hasta el momento nunca la había pasado tan mal, problemas familiares que me hacían temer cada día, pero claro está; lo que no te mata, te hace más fuerte.
Octubre; a levantarse y emprender camino. Visitas varias que me hicieron renacer de manera espiritual, comencé con mis prácticas, lo más hermoso que me pudo pasar. Pensé que Dios se había olvidado de mí, pero no era así...
En Noviembre, fue diferente. Ya Viviana, ¿Hagamos algo por ti? Ponte bonita, vuélvete a pintar, ponte a dieta y estrena la mejor facha siempre, pero nuevamente tuve un obstáculo en mi camino.
Santiago, pibe, santi... ¿Será que te has vuelto un angelito? La vida nos dice - ¡Hey!, no me has comprado, y ni existe un seguro ante accidentes, robos o matanzas que te dejen inmune ante cualquier situación.
Descansa en paz, nos dan con un golpe en el pecho y caemos, somos débiles, ni la medicina ni la ciencia más precisa y exacta nos puede mantener a salvo. Desde ahora la luz que me acompaña cuando camino, eres tú. ¿Será que te volveré a ver? Probablemente, en la eternidad...
Vamos Vivianita, sigue caminando, que la vida no se detendrá por ti. Poco a poco iba notando los pequeños frutos que iban surgiendo de mis esfuerzos, la universidad brillaba con éxito, y en mi vida en sí.
Caíste al doctor, cuadro de estrés, calambres alergias, desgaste intelectual como nunca, pero haciendo lo que te gusta nunca tuviste problema con ello, te dijeron tomate un par de días de descanso, pero trasnochaste, continuaste y perseveraste.
Resultado final exitoso.
Poco a poco ibas avanzando, trataron de hacerte mirar hacia atrás, pero no puedes.
Eres otra, quizás te dolió recordar ciertas páginas de tu vida, pero nada más serán cenizas y polvo, esfumadas, calcinadas...
Si hay algo que he aprendido es que cuento con las personas justas y precisas, no necesito nadie más que me venga a volver a mentir y pintar un mundo que no existe. Me volví fuerte, demostré a miles de personas que se puede volver a nacer con quienes te quieren de forma sincera y fraternal.
Quemé y eliminé viejos recuerdos, grito salto lloro y sonrío porque me lo merezco.
La vida es una, no se detiene y cambia de dirección cuantas veces quieras.
A veces llegas a punto en tu vida, en el cual te percatas: quién verdaderamente importa, quién jamás importó, quién no volverá a importar más, y quién siempre importará.
No hay que preocuparse por la gente que existió en tu pasado, hay una razón fuerte por la que ya no estarán en tu futuro...

Año nuevo, vida nueva, nuevos pasajes, historias experiencias y memorias.