Hoy entre mis libros encontré mi diario de la educadora en el cual había escrito lo siguiente:
28 de Septiembre 2007
Si fuese por mí me cambio de establecimiento educativo. Hoy más que nunca sentí un rechazo como alumna en práctica por parte de la técnico del aula como de la educadora, porque soy inquieta y pregunto el porqué de los "supuestos" aprendizajes esperados; me cuestiono por todo.
No puedo creer como se desperdicia tanto tiempo y se deje pasar aspectos fundamentales en el quehacer educativo. Existe engaño para lograr objetivos específicos creando una motivación netamente extrínseca y engañadora en el amplio sentido de la palabra.
Me es imposible disimular mi rostro de horror y espanto ante las escazas experiencias de aprendizaje, sé que tengo un camino por recorrer en mi formación como profesional de la educación pero con lo que hasta ahora he aprendido fácilmente me puedo dar cuenta de las grandes falencias existentes en el sistema educativo, siendo repetitivo con frecuencia en miles de jardines infantiles y colegios de nuestro país.
Vivo la cruda realidad de una educadora ausente y de una planificación diaria ignorada. Se pierde el tiempo, se desaprovecha momentos únicos e irrepetibles y por sobre todo se engaña a los párvulos y a sus padres.
Este día noté cansada a la educadora del aula junto con la técnico pero, ¿Debe pagar por aquel cansancio los niños y niñas quienes desean aprender por medio del juego?...
